miércoles, 2 de enero de 2019

Todo lo que nace, muere

Pedrouzo, Camino de Santiago
Caminamos al Oeste, al ocaso, desde nuestro alumbramiento. Nacer es, como apuntaban los sabios griegos, entrar en el Reino de la Muerte.  

El caminar es un proceso transformador, dinámico. Porque todo cambia, fluye, pasa…Omnia mutatur, nihil interit es el adagio de Ovidio que recupera el panta rhei de Heráclito.

Coetáneo de Heráclito, pero anclado en la cultura oriental,  Lao Tse hablaba también del flujo de la vida y para Buda la impermanencia, el mujō es la cualidad central de la existencia.

El cambio nos arrastra, nos empuja, nos moldea, nos conforma…Pero genera desasosiego, miedo, turbación pues conlleva imprevisibilidad.


Pero hay algo que no cambia, hay una certeza, todo lo vivo ha de morir.



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